Cuentos de Filemón Solo

miércoles, 22 de agosto de 2012

¡APARECIERON!


                         Aparecieron, simplemente lo hicieron

Venían de arriba, posiblemente de algún abajo, o, ¿porqué no? desde los costados que están al frente; o detrás

De cualquier manera millones de cortinas dividen los campos y esta es solo una de ellas

Y cada una contiene sus confinados

No dentro de ella, tampoco fuera de sus inexistentes límites, ¡en ella!

Es un paso, especial, quede claro, y la cortina nos da en el rostro, ese suave toque es la instancia de la presencia

No se ingresa, se está

No se sale, se deja de estar

Pero sospecho que muchos pueden ser fuera y dentro, y quizá no lo noten

Perciben dos, o talvez una cantidad mayor de situaciones

Y, si así fuera, se deduce que otros tendrían aún más: una ilimitada posibilidad de ampliación
                           
                            Se me ocurre, no sé bien porqué causa, que estos que
                        aparecieron pertenecen a los últimos

Se difunden en el entorno, no reconocen separación entre las cosas

Por lo que siento, ellos también son todas esas cosas

 ¿Qué quiero decir con “cosas”?

Es ridículo que esta expresión se haya presentado, no es representativa

Los contornos son absolutamente provisionales, signos de ubicaciones relativas

Meras referencias de una parte

 ¡Ah! ¡Es eso!, estaba yo en lo cierto, aumentan o disminuyen sus frecuencias a voluntad

Pero también pueden vibrar en una escala tan amplia que lo abarca todo, bueno, ¡casi todo!

Siempre hay algo más que excede a lo que se logra

Nunca se abandonan los límites, pero si se alejan

 ¡Si no tuviera un poco de temor! No sé, quizá pudiera ser que intentara trascender los que tengo presentes

De hecho lo debo estar causando, ¿si no como podría saber de ellos?

 No se trata de que se haya acentuado la conexión, eso no es posible, esta guarda las totales proporciones de lo constante, es uno de los “principios”

Se debe a que previamente elaboré una idea de exclusión

Sí, como si esta referencia de parte lo fuera de “mí”

He ahí la cortina

¡Claro!, al restringirse en esa referencia la apreciación que me asiste aceptó la forma de lo que se le presentaba como excluyente

¡Que horrible sensación! ¡Que soledad! ¡Que recelo y pequeñez!

Pero... ¡NO! ¡Ahora lo sé!

Nunca aparecieron, siempre estuvimos, y siempre Estaré 
 
                                 Filemón Solo